Nunca me he considerado alguien particularmente perfeccionista, ni exigente, es más, jamás me he sentido profundamente interesada por nada en particular. Aunque por muchos años traté de llenar los zapatos de una “académica” y traté de manera consistente de sentirme cómoda en esos ambientes, en realidad nunca lo logré.
De la mediocridad a la reflexión
De la mediocridad a la reflexión
De la mediocridad a la reflexión
Nunca me he considerado alguien particularmente perfeccionista, ni exigente, es más, jamás me he sentido profundamente interesada por nada en particular. Aunque por muchos años traté de llenar los zapatos de una “académica” y traté de manera consistente de sentirme cómoda en esos ambientes, en realidad nunca lo logré.